Miércoles, Agosto 20th, 2008

Calidad de sueño e HTA en adolescentes

R. Ugarte 20 Ago 2008 | : Actigrafía, Adolescente, HTA

Sogol Javaheri, Amy Storfer-Isser, Carol L. Rosen, Susan Redline. Sleep Quality and Elevated Blood Pressure in Adolescents. Circulation. 18 de agosto.

Justificación: valorar si la calidad de sueño se asocia con hipertensión arterial (HTA) en adolescentes sanos.
Métodos y resultados: realizamos un estudio transversal en 238 adolescentes, sin apneas ni otros trastornos comórbidos. Se realizaron varios registros actimétricos en domicilio para obtener datos objetivos de los patrones de sueño.
En unidad de investigación clínica se realizó polisomnografía nocturna, antropometría y nueve determinaciones de tensión arterial en dos días. En base a los datos actimétricos se clasificaron en función de la calidad del sueño (baja eficiencia de sueño cuando era ≤ 85%) y duración corta del sueño (≤ 6.5 horas). La variable principal fue prehipertensión (≥ Percentil 90 para edad, sexo y talla), con tensión arterial sistólica y diastólica como variables secundarias.. Prehipertensión, baja eficiencia de sueño y duración corta de sueño ocurrión en el 14%, 26% y 11% de la muestra, respectivamente. El análisis no ajustado mostró una odds ratio (OR) de prehipertensión incrementada en 4.5 veces (95% IC, 2.1 a 9.7) en adolescentes con baja eficiencia de sueño y 2.8 veces (95% IC, 1.1 a 7.3) en los que presentaban duración corta de sueño. El análisis ajustado por sexo, percentil de índice de masa corporal y estatus socioeconómico, la OR de prehipertensión se incrementó en 3.5 veces (95% IC; 15.5 a 8.0) para baja eficiencia de sueño y 2.5 veces (95% IC, 0.9 a 6.9) para duración corta de sueño. Los análisis ajustados mostraron que los adolescentes con baja eficiencia de sueño tuvieron en promedio 4.0±1.2 mm Hg más alta la TA sistólica que los otros niños (p<0.01).
Conclusiones: una calidad pobre de sueño se asocia con prehipertensión en adolescentes sanos. Esta asociación no es explicada por factores socioeconómicos, obesidad, apnea de sueño o comorbilidad conocida, sugiriéndose que una inadecuada calidad del sueño se asocia con elevación de la tensión arterial.