Miércoles, Febrero 10th, 2010

SAHS, obesidad, patrones dietéticos y actividad física en niños

R. Ugarte 10 Feb 2010 | : Niño, Obesidad, SAHS

Spruyt K, Capdevila OS, Serpero LD, Kheirandish-Gozal L, Gozal D. Dietary and Physical Activity Patterns in Children with Obstructive Sleep Apnea. J Pediatr Feb 2010;

Objetivo. Valorar los patrones dietéticos y de actividad física y los valores sanguíneos matutinos circulantes de las hormonas orexígenas ghrelina y visfatina en niños con obesidad, SAHS o ambas condiciones.
Métodos. Se identificaron 245 niños de edades comprendidas entre los 6 y 9 años de edad. Después de una polisomnografía nocturna, los cuidadores rellenaron un cuestionario sobre alimentación y actividad física y se realizó a cada niño una determinación sanguínea para medir los niveles plasmáticos de ghrelina y visfatina.
Resultados. Comparados con los controles, los niños obesos con SAHS comieron 2.2 veces más comida rápida, menos comida sana como frutas y vegetales y fueron 4.2 veces menos participativos en actividades deportivas organizadas. El SAHS se correlacionó positivamente con los niveles plasmáticos de ghrelina (R(2), 0.73; P < .0001), pero no con los niveles de visfatina, particularmente cuando la obesidad estaba presente.
Conclusión. SAHS y obesidad en niños puede de manera negativa tener relación con las preferencias dietéticas y puede ser particularmente perjudicial para los patrones de actividad física. Además, los niveles elevados de ghrelina apoyan la presencia de un incremento del apetito y de la ingesta calórica en pacientes obesos con SAHS, lo cual puede posteriormente promover el empeoramiento de los procesos subyacentes.

Asociaciones entre hipertrofia amigdalar y ronquido con sibilancias

I. Cruz 10 Feb 2010 | : Niño, SAHS

Kaditis A, Kalampouka E, Hatzinikolalou S, Lianou L, Papaefthimou M,Gartagani-Panagiotopoulou P, Zintzaras E,Chrousos G. Pediatr Pulmonol 2010, Feb 3 DOI:10.1002/ppul.21174.

Introducción. Se ha correlacionado la historia de sibilancias o asma con la presencia de SAHS, pero aún no se conocen el mecanismo ni las asociaciones epidemiológicas. El objetivo de este estudio fue examinar si la hipertrofia amigdalar podría explicar esta asociación.
Material y métodos. Se reclutó a 442 niños que acudieron al Servicio de Urgencias y a la Clínica de Neumología Pediátrica, que presentaban una edad media de 7,6 +/- 3,6 años. Se investigó en todos ellos la presencia de sibilancias que requirieron tratamiento y de ronquido (en más de una ocasión por semana), así como la existencia de hipertrofia amigdalar.
Resultados. De los 442 niños, 210 presentaron historia de sibilancias. Éstas se asociaron de forma significativa con la presencia de hipertrofia amigdalar y ronquido, incluso tras el ajuste por edad, sexo, obesidad y la condición de fumador pasivo (OR, con intervalo de confianza del 95%, de 2,23 (1,37-3,63), p=0,001, y OR=1,73 (1,12-2,67), p=0,013, respectivamente. Cuando se consideró sólo a los niños con hipertrofia amigdalar (n=92), la presencia de sibilancias se relacionó de forma significativa con el ronquido, mientras que en los niños sin hipertrofia amigdalar (n=350) la existencia de sibilancias no afectó al ronquido (OR=2,76 (1,10-6,93) p =0,031, y OR=1,49 ( 0,92-2,43) p=0,017, respectivamente.
Conclusiones. Los niños con historia de sibilancias presentan con más frecuencia hipertrofia amigdalar que aquellos sin sibilancias. La hipertrofia amigdalar puede explicar en parte la asociación entre el asma y los trastornos respiratorios en niños.