Martes, Marzo 1st, 2011

Coexistencia de trastornos del sueño y dificultades de alimentación

R. Ugarte 01 Mar 2011 | : Lactante

Tauman R, Levine A, Avni H, Nehama H, Greenfeld M, Sivan Y. Coexistence of Sleep and Feeding Disturbances in Young Children. Pediatrics. published 28 February 2011, 10.1542/peds.2010-2309

Objetivo. Insomnio conductual y dificultades en la alimentación son dos condiciones prevalentes en niños pequeños. A pesar de su naturaleza similar, etiología, prevalencia y edad de distribución, esta asociación entre estas dos alteraciones comunes en niños no ha sido estudiada.
Métodos. Se reclutaron a niños de edades comprendidas entre 6 y 36 meses con insomnio conductual o alteraciones de la alimentación. Se emplearon como controles a niños de 6 a 36 meses sanos que acudian a controles rutinarios. El sueño y la alimentación fueron evaluados mediante cuestionarios administrados por los padres.
Resultados. Se reclutaron 681 niños. De ellos, 58 presentaron insomnio conductual, 76 problemas de alimentación y 547 fueron controles. La edad media fue de 17.0 ± 7.6 meses. Los padres de los niños con problemas de alimentación consideraron a sus hijos como más problematicos para dormir de manera significativa comparados con los controles (37% vs 16%, P = .0001 [effect size (ES): 0.66]). Informaron de duración de sueño más corta y latencia de sueño retrasada en comparación con los controles (536 ± 87 vs 578 ± 88 minutos, P = .0001) y 9:13 ± 0.55 PM vs 8:26 ± 1.31 PM, P = .003). Los padres de niños con insomnio conductual describieron que la alimentación de sus hijos era un “problema” más frecuentemente que los controles (26% vs 9%, P = .001 [ES: 0.69]). Informaron que estaban más preocupados por el crecimiento de sus hijos (2.85 ± 1.1 vs 2.5 ± 1.0, P = .03) así como de mayor nivel de rechazo de alimentos que los controles (3.38 ± 0.54 vs 3.23 ± 0.44, P = .04).
Conclusiones. El sueño problemático y las conductas de alimentación tienden a coexistir en el inicio de la infancia. El aumento de la percepción de esta coexistencia por parte de los médicos podría permitir una intervención precoz y mejorar los resultados.