Martes, Diciembre 31st, 2013

Sueño normal en niños australianos de 0-9 años

R. Ugarte 31 Dic 2013 | : Niño

Price AM, Brown JE, Bittman M, Wake M, Quach J, Hiscock H. Children’s sleep patterns from 0 to 9 years: Australian population longitudinal study. Arch Dis Child. 2013 Dec 16. doi: 10.1136/archdischild-2013-304150. [Epub ahead of print]

Objetivo. Proporcionar datos poblacionales precisos de patrones de sueño específicos en niños australianos de 0 a 9 años de edad.
Métodos. Las tres primeras oleadas del estudio representativo nacional Longitudinal Study of Australian Children incluyó dos cohortes reclutadas en 2004 a las edades de 0-1 años (n=5.107) y 4–años (n=.4983) y se valoraron bianualmente. Participaron niños con datos de sueño analizados al menos en una oleada. En cada oleada los padres completaron una agenda de 24 horas para días laborables y de fines de semanas elegidos de manera aleatoria. “Durmiendo. echando la siesta” fue una de las 26 actividades precodificadas en intervalos de 15 minutos.
Resultados. Desde los 0 a los 9 años de edad, la duración del sueño en 24 horas cayó de una media de 14 (SD 2.2) horas a los 4-6 meses a 10 (SD 1.9) horas a los 9 años, principalmente como consecuencia del progresivo retraso de promedio de inicio de sueño desde las 20:00 (SD 75 min) a las 21:00 (SD 60 min) y disminución de la duración de sueño diurno de 3.0 (SD 1.7) horas a 0.03 (SD 0.2) h. También disminuyó el numero y duración de los despertares nocturnos. Number and duration of night wakings also fell. En la escuela primaria, el despertar y comienzo del sueño fueron marcadamente más tardíos en los fines de semana. El dato más notable de la tabla de percentiles es la enorme variación en todas las edades de la duración del sueño, inicio del sueño y especialmente, la hora de despertar en esta población normal.
Conclusiones. Los padres y profesionales pueden utilizar estas nuevas tablas de percentiles para valorar la normalidad del sueño infantil. En investigaciones futuras, estos parámetros poblacionales serán usados para determinar empíricamente los patrones óptimos de sueño infantil para variables de salud mental y física.