Bich Hong Nguyen, Daniel Pérusse, Jean Paquet, Dominique Petit, Michel Boivin, Richard E. Tremblay, Jacques Montplaisir. Sleep Terrors in Children: A Prospective Study of Twins. Pediatrics Vol. 122 No. 6 December 2008, pp. e1164-e1167.

Objetivo. Existen cada vez más pruebas de que los factores genéticos están involucrados en la aparición de los terrores nocturnos. Los estudios en gemelos proporcionan datos valiosísimos de como la genética y los factores ambientales pueden afectar la manifestación del trastorno; sin embargo, la mayoría de los estudios realizados en gemelos han sido mediante estudios retrospectivos y con tamaños de muestra pequeños como para sacar conclusiones relevantes. El propósito de este amplio estudio prospectivo es aclarar la contribución de los factores genéticos y ambientales a los terrores nocturnos de la infancia.
Métodos: en total, 390 pares de gemelos monocigóticos y dicigóticos fueron reclutados al nacer para el estudio longitudinal. La prevalencia y frecuencia de los terrores nocturnos fue valorada a los 18 y 30 meses de edad mediante un cuestionario administrado por la madre de los gemelos. La cigosidad fue determinado mediante un cuestionario y genotipo. Se calculó la prevalencia y la correlación policórica para cada par de gemelos. Se empleó SEM (structural-equation modeling) para determinar la proporción de varianza atribuible a la genética y a los factores ambientales compartidos y no compartidos.
Resultados: la prevalencia de terrores nocturnos fue del 36% a los 18 meses y del 19.7% a los 30 meses; el 49% de los niños afectados eran varones y el 51% hembras. A los 18 meses las correlaciones policóricas fueron 0.63 para gemelos monozigotos y 0.36 para gemelos dicigóticos. A los 30 meses fueron 0.68 (monocigóticos) y 0.24 (dicigóticos). Nuestro análisis muestra que los terrores nocturnos fueron explicados por dos componentes a los 18 meses (43.7% efectos aditivos genéticos y 56.3% ambiente no compartido) y a los 30 meses (41.5% efectos aditivos genéticos y 58.5% ambien no compartido)
Conclusiones: estos resultados apoyan de manera solida la heredabilidad de los terrores nocturnos. Parece también que existe continuidad en los efectos genéticos con la persistencia de los síntomas de los terrores nocturnos.

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