Miano S, Ferri R. Epidemiology and management of insomnia in children with autistic spectrum disorders. Paediatr Drugs Apr 2010; 12(2) :75-84

El insomnio es la preocupación de sueño más importante en niños con trastornos del espectro autista (TEA) y su naturaleza es probablemente multifactorial con factores neuroquímicos (anomalías en la transmisión serotonérgica o niveles de melatonina), psiquiátricos (ansiedad) y conductules (malos hábitos de sueño). Los niños con TEA experimentan problemas de sueño similares a los de los niños con desarrollo normal aunque la prevalencia está notablemente incrementada, afectando a un 44-83% de los niños con TEA en edad escolar. Los padres generalmente refieren que el insomnio es el trastorno del sueño más frecuente, descrito como problemas para iniciar y mantener el sueño, sueño inquieto, resistencia para acostarse, colecho, alteraciones de la higiene de sueño y despertares precoces por la mañana.
Muchos estudios actigráficos han añadido información sobre los trastornos del sueño, confirmando los resultados de los cuestionarios en la mayoría de los casos. Hay pocos estudios polisomnográficos en niños con TEA comparando con estudios mediante cuestionarios y la mayoría de estos refieren una reducción del tiempo total de sueño y sueño indiferenciado en pacientes más jóvenes. Estos hallazgos se asociaron con varias alteraciones microestructurales durante la fase de sueño REM y con cambios microestructurales en la fase de sueño No-REM que parecen estar más relacionadas con alteración cognitiva que con el núcleo autista. Además, se disponen de pocos datos de otros trastornos del sueño menos frecuentes como movimientos periódicos de extremidades, apnea obstructiva del sueño, bruxismo e influencia de la epilepsia en las anomalias del EEG.
Se han sugerdo terapias tanto conductuales como farmacológicas para el tratamiento de los trastornos del sueño en niños autistas. Los tipos de intervenciones conductuales más comunes son la extinción completa y formas de extinción gradual. La melatonina ha demostrado resultados prometedores en el tratamiento del insomnio en niños con TEA. Aunque los estudios controlados son limitados, cada vez hay más datos que demuestran que la seguridad y eficacia de melatonina en el TEA es mayor que los hipnóticos y sedantes. Finalmente, se ha sugerido un tratamiento dual con melatonina y tratamiento conductual.
Un estudio reciente usando una combinación de técnicas genéticas y experimentación funcional han presentado pruebas de que una concentración baja de melatonina causada por un déficit primario en la actividad de la acetilserotonin metiltransferasa es un factor de riesgo para el TEA. Los problemas de sueño comienzan a la misma edad que la regresión, sugiriendo una mayor vulnerabilidad en este momento de la vida. Estudios adicionales, inciados a edades más tempranas, son necesarios para investigar mejor los aspectos del papel de la melatonina en el insomnio de niños con TEA.