La Academia Europea de Pediatría (EAP) apoya el papel del Pediatra de Atención Primaria con una carta publicada en The Lancet.

20 de Abril de 2015

“Improving paediatric care in the Community”....

Así lo acredita la carta publicada por el presidente de la EAP en la prestigiosa revista The Lancet.

Es la primera vez que una Organización Europea de Pediatría, en representación de los pediatras de atención primaria, secundaria y terciaria, firma por unanimidad una declaración fuerte en apoyo de la Atención Primaria de los niños, que debe ser proporcionada idealmente por pediatras  cuando sea posible, o por otro personal médico que debe haber completado un periodo de formación en pediatría y debe trabajar en colaboración estrecha y continua con los pediatras.

 

MEJORANDO LA ATENCION A LOS NIÑOS EN LA COMUNIDAD

Traducción del artículo original " Improving paediatric care in the community" (Publicado el 18 de abril de 2015  en la revista "The Lancet": Lancet 385 (9977): 1505.

Accesible en: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2815%2960745-0/fulltext

 

Los resultados obtenidos del tratamiento de las enfermedades de los niños son muy variables comparando los distintos países europeos, y esa diferencia debería preocuparnos1,2. Probablemente la  distinta organización de los servicios de atención primaria pediátrica y los programas de formación de los médicos de AP sean factores importantes que influyan en estas diferencias.

La Academia Europea de Pediatría defiende que los niños tienen un derecho incuestionable a la salud, a la seguridad y al bienestar. Los niños tienen derecho a acceder a los mejores servicios sanitarios posibles, tanto en atención primaria como en atención especializada. Cualquier restricción de acceso a los cuidados médicos adecuados  contradice el artículo 24 de la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos del Niño3.

La Pediatría de Atención Primaria es una disciplina académica y científica que abarca  todos los problemas que afectan a la salud y el bienestar de los niños y adolescentes desde su nacimiento hasta la edad adulta (habitualmente definida como los 18 años de edad) en su contexto familiar, comunitario y cultural4. El médico de AP, idealmente un pediatra,  es el primer contacto del niño con el sistema sanitario, y por tanto responsable de la provisión de cuidados integral y continuada a lo largo de la infancia y la adolescencia.

La atención pediátrica tanto primaria como especializada requiere  conocimientos y habilidades específicas, empatía, ética, y accesibilidad a los servicios, incluidas prevención y promoción de la salud. La formación pediátrica debería  incorporar obligatoriamente estos aspectos, especialmente la de los pediatras y médicos de familia que prestan servicios en la comunidad.

La Academia Europea de Pediatría defiende firmemente la implantación de un programa formativo estructurado y evaluable para todos los médicos proveedores de cuidados a los niños en Atención Primaria, y recomienda,  que cuando sea posible, que sean los pediatras los profesionales médicos que atiendan a los niños en AP.

En los lugares donde los médicos de familia son los proveedores, recomendamos una colaboración estrecha con los pediatras y una formación continuada adecuada tanto en pediatría como en atención primaria. Todos los niños deben disponer de un acceso rápido al asesoramiento de un pediatra, que debería estar disponible en la comunidad y servir de enlace con la atención hospitalaria especializada.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

1.     Van Esso, D, del Torso, S, Hadjipanayis, A et al. Paediatric primary care in Europe: variation between countries. Arch Dis Child. 2010; 95: 791–795

2.     Wolfe, I, Thompson, M, Gill, P et al. Health services for children in western Europe. Lancet. 2013; 381: 1224–1234

3.     UN Human Rights. Convention on the Rights of the Child. http://www.ohchr.org/en/professionalinterest/pages/crc.aspx; Sept 2, 1990. ((accessed March 26, 2015).)Committee on Pediatric Workforce.

4.     Scope of practice issues in the delivery of pediatric health care. Pediatrics. 2013; 131: 1211–1216

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